miércoles, 19 de mayo de 2010

Dios es poder

El poder que sobreabunda en Cristo, en Dios, no es limitado. Cuantos de nosotros hemos crecido en torno a héroes ficticios que casi de forma accidental y contra-voluntad se ven encargados de salvar al mundo auspiciados nada mas que por un "super-poder" que muchas veces se ve limitado por uno que otro anti-héroe.
Pues es eso nada más que una burda copia del Poder inigualable que existe en Cristo. Poder que se funda únicamente en el Amor verdadero que nace del sacrificio mismo de Dios, hecho hombre, dando su vida por una raza caída, engañada y perversa. Poder que actúa en nosotros mucho más allá de lo que pedimos, de lo que entendemos, pues ni siquiera pedir bien sabemos. Porque pedimos según nuestros propios conceptos de qué es bueno y qué es malo. Y es precisamente aquí donde radica la diferencia concreta de si somos Cristianos que trabajan para Dios o si somos Cristianos que se entregan por completo para que Dios los use en aquello que él estime conveniente. Yo mismo muchas veces, por no decir la mayoría de ellas, me he embarcado en servicios "espirituales" que terminan siendo un verdadero fracaso, producto de que eran nacidos del alma perversa y no del corazón puro de Dios. Entonces ¿creemos todavía que nuestra concepción de bueno o malo es correcta? Pues ese es el resultado del fruto del árbol del conocimiento de la ciencia del bien y del mal. Eso es fruto de muerte, ya que Dios nos dice en estos tiempos que le creamos más allá de las fronteras de nuestro intelecto, de nuestro raciocinio. ¿Acaso no es cierto que el hombre entre más sabio, más humilde?. Porque entre más se abra el horizonte de lo que nos es permitido ver, entonces más vemos cuan pequeños somos e insignificantes a la sombra de Aquel que tuvo la sabiduría de dar a la abeja el sentido de la orientación, a las aves la comida y el abrigo, a la vida un sentido, y a nosotros una oportunidad de redención eterna. Entonces podré concluir que entre más nos dejemos llevar por el milagro de la fe, más lejos podremos avanzar en el conocimiento de Dios. Puesto que el Poder de Dios actúa en mi mediante la medida de fe que me ha sido dada, pero esta me ha sido dada en potencia, de forma que si yo le doy espacio para crecer esta crece de manera automática e inigualable.
Todo esto es a causa de un misterio. El misterio del Amor de Dios. Porque ninguno merece ser amado por un ser tan incomparable, dueño de todo lo creado y que sin embargo vino a servir y a humillarse en una cruz para demostrar de qué está hecho. De AMOR.